81 Aniversario luctuoso de Trotsky

El 21 de agosto de 1940, León Trotsky fue asesinado en Coyoacán, México, donde residía exiliado.

La orden de cometer el crimen (hoy se sabe) fue firmada personalmente por Stalin, en 1931. Después de varios intentos, pudo ser consumada por Ramón Mercader (Alias Jackson o Momard), un agente de la GPU (policía secreta soviética).

Mercader hundió el cráneo de Trotsky con una piqueta. Tras pasar veinte años en la cárcel se estableció en Moscú, donde fue condecorado. Finalmente, murió en La Habana en 1978.

El hecho fue la culminación de una persecución imparable.

En 1928 Trotsky fue expulsado de la URSS y privado de su ciudadanía.

Varios de los más cercanos colaboradores y tres hijos de Trotsky fueron también, asesinados. Una hija se suicidó.

La persecución.

La persecución alcanzó a todos los opositores y disidentes de la dictadura burocrática soviética. Los dirigentes que habían actuado junto con Lenin y Trotsky en 1917 fueron “purgados” y eliminados en los macabros juicios de Moscú. Con amenazas de muerte (generalmente consumadas) por supuestas razones de Estado o de partido, aceptaron entregarle al stalinismo falsas confesiones donde reconocían ser provocadores o agentes nazis e imperialistas, que luego eran utilizadas contra sus familiares y otros dirigentes.

 

El mayor ensañamiento se dirigió contra los trotskistas. Ellos (según narra Leopold Trepper en su libro El gran juego) fueron fusilados por millares en los campos de concentración de Siberia. “Llevaban una T en sus espaldas, puesta por sus carceleros (dice Trepper) y se negaban a toda confesión. Eran los únicos que enfrentaban hasta sus últimas consecuencias al stalinismo.”

Este ensañamiento contra Trotsky y sus seguidores, quienes habían formado la Oposición de Izquierda, primero nacional y luego internacional, y más tarde se agruparon en la Cuarta Internacional, fue el capítulo más sangriento escrito por el aparato stalinista que aplastó la democracia obrera en la URSS, los partidos comunistas y muchos sindicatos del mundo.

La burocracia quitó a Trotsky de los libros, las fotografías y las actas. El director de cine Eisenstein fue obligado a rehacer su célebre film Octubre porque en la primera versión Trotsky aparecía como el compañero de Lenin, encabezando la revolución que cambió el curso de la humanidad.

Qué fue la Revolución de Octubre

Durante seis años, hasta 1923, la Revolución Rusa de Octubre de 1917 se convirtió en el ejemplo de que los trabajadores, con una dirección revolucionaria socialista, como la bolchevique de Lenin y Trotsky, pueden comenzar a resolver las lacras del capitalismo y cambiar el mundo.

La revolución comenzó por instaurar el gobierno de los trabajadores, es decir, la dictadura del proletariado.

Trotsky explicó que “dictadura proletaria significa que a todos los explotadores se les quite el derecho de determinar los destinos de país y también los elementos que los apoyan. Solo el proletariado revolucionario y las masas explotadas tienen el derecho a determinar los destinos del país.” (Trotsky, declaraciones a la Comisión Dewey, 1938.)

Esta dictadura proletaria fue un régimen de democracia obrera infinitamente superior a la hipócrita democracia parlamentaria de los explotadores.

Democracia proletaria.

Los trabajadores y las masa explotadas estaban organizadas en los soviets. En ellos, todos los partidos políticos eran legales y actuaban libremente, aunque fueran opositores a los bolcheviques. Por ejemplo, en la primera reunión plenaria del soviet de Moscú, donde estuvieron 803 delegados de 394 fábricas, se habilitaron credenciales para once partidos políticos y para una fracción de trabajadores independientes.

Los periódicos, revistas y libros circulaban libremente, con papel, imprenta y estampillas entregadas por el Estado a requerimiento de los soviets.

Todo se votaba, no cada varios años, sino continuamente. Los funcionarios, que ganaban el sueldo de un obrero calificado, eran revocables en cualquier momento.

Lenin escribió que este poder soviético “da a los trabajadores la posibilidad, en casi de estar descontentos con su partido, de elegir otros delegados, de traspasar el poder en manos de otro partido y de sustituir el gobierno en cualquier momento son la más mínima revolución…”

La clave de esta democracia obrera era el propio partido Bolchevique. Era un partido obrero socialista, muy fuertemente centralizado. Las decisiones de la dirección eran casi siempre aplicadas por los militantes como su fueran una sola persona. Esa unidad se basaba en una amplia democracia interna, se discutía y se disentía hacía dentro, hasta votar y resolver. “solo así (dijo Trotsky, que ingresó al partido y a su dirección en 1917, poco antes de la revolución) rebeldes dispuestos a revolucionar la sociedad pueden depositar toda su confianza en la dirección.”

La guerra.

Debido a la guerra civil, el gobierno debió adoptar algunas prohibiciones a partidos y diarios que apoyaron a la contrarrevolución armada. Así como limitar ciertos derechos democráticos. Pero lo hizo con el apoyo del movimiento obrero, y sus medidas fueron tomadas a título provisorio, mientras durara la guerra.

Hacia el mosaico de nacionalidades que, antes de la revolución, formaban parte del imperio zarista, los revolucionarios mantuvieron una actitud respetuosa. Llamaron a sus trabajadores y campesinos a sumarse a la revolución y unirse, en una unión de repúblicas socialistas “no por la fuerza sino por el acuerdo voluntario” (Lenin)

La declaración de Derechos del pueblo trabajador y Explotado, de enero de 1918, dejaba “en manos de los obreros y campesinos de cada nacionalidad el derecho a tomar una decisión independiente”. En caso de aceptar su unión a Rusia, estableció “el derecho a decidir en qué términos quiere participar en el gobierno federal y en las instituciones soviéticas”.

Este régimen leninista de democracia obrera tomó las grandes decisiones de la revolución. En lo económico, después de quitarles las tierras y las fábricas a los terratenientes y grandes capitalistas, nacionalizar la banca y el comercio exterior y suspender el pago de la deuda externa, debió aplicar el comunismo de guerra. En medio de la lucha contra los ejércitos invasores se repartían raciones miserables, iguales para todos.

La guerra dejó al país devastado, con las fábricas destruidas y una producción muy inferior a la existencia antes de la revolución. En esas condiciones, luego de la victoria armada, se aplicó el plan económico denominado NEP que implicó un retorno parcial a la vigencia del mercado en remplazo del comunismo de guerra. Trotsky fue sostenedor de la NEO y defendió esa política, años más tarde contra la burocracia.

La política exterior.

En el terreno de la política exterior, los bolcheviques, en marzo de 1919, llamaron desde Moscú a una reunión de partidos y corrientes de obreros revolucionarios para constituir la Internacional Comunista, conocida como la Tercera Internacional.

Su propósito era extender la revolución al mundo. El triunfo en un país atrasado como Rusia (al que Lenin llamó “el eslabón más débil de la cadena capitalista”) lo concibieron como una palanca para impulsar el socialismo mundial. Así lo proclamó Lenin en su primer discurso como jefe del nuevo gobierno al Congreso de Delegados Obreros, Campesinos y Soldados de toda Rusia: “Pisamos los umbrales de una revolución obrera internacional”.

La III Internacional.

Trotsky fue el compañero de Lenin, en la fundación de la Internacional y autor de los documentos de los primeros cuatro congresos realizados por la organización.

Por estos inmensos logros, la Revolución de Octubre pudo no solo galvanizar a las masas soviéticas para realizar sus históricas hazañas, sino que impactó a los trabajadores, los sectores populares, así como a artistas e intelectuales y lo más progresivo de la sociedad en el mundo entero.

En la actualidad

Las ideas de León Trotsky siguen siendo una guía para la actividad revolucionaria, no importó su asesinato vil a manos stalinistas, ni que la burocracia soviética haya tratado de borrarlo de la historia, tampoco ha importado la calumnia burguesa, las ideas revolucionarias de Trotsky no solo lograron sobrevivir, sino que se extendieron por el mundo y hoy día nos fortalecemos como organizaciones revolucionarias internacionalmente

¡¡¡Más vigente que nunca, Viva León Trotsky!!!