Partido Obrero Socialista ENERO 2021
El gobierno, insensible ante el duelo y los nuevos pobres por pandemia.
Si queremos evitar que haya decenas de miles de muertes más, el gobierno debe adoptar inmediatamente medidas drásticas y radicales.
México ya cuenta oficialmente con más de 150 mil muertes por Covid. Pero podrían ser muchas más, más del doble si se toma en cuenta el “exceso de decesos” reportados en el Registro Civil, en comparación con los años 2019 y 2018. Crecen a saltos los contagios y los fallecidos. En octubre hubo 5 mil nuevos enfermos diarios, a fines de noviembre brincaron a 12 mil y a mediados de enero a 21 mil. Con ellos, se ha disparado el número de muertes: el 18 y 19 de enero fueron los más tristes, con más de un mil 500 decesos cada día. La pandemia ha escapado al control del gobierno. Pronto podríamos llegar a 250 mil decesos.
La vacunación de la población es una esperanza pero para que se haga sentir deben haber sido inoculados entre 90 millones y 103 millones de compatriotas (de un total de 129 millones). Para conseguir esta meta en un año tendrían que ser vacunados cada semana 2 millones de mexicanos y hasta más, porque la mayoría de vacunas disponibles exigen ser inyectadas dos veces. Es imposible que el gobierno pueda cumplir este objetivo. Para colmo, el gobierno de López Obrador encara la vacunación con fines político-electorales, para ganar votos en las elecciones de junio. Las brigadas que prepara estarían formadas mayormente por militares y propagandistas llamados “servidores de la Nación” y en menor medida por personal de salud.
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El gobierno, la clase empresarial y numerosos intelectuales y medios de comunicación se postran ante esta espantosa situación y perspectiva. Dan a entender al pueblo que no hay de otra porque en el resto del mundo las cosas son como en México. Dejan correr la idea de que la enfermedad se propaga porque el pueblo es irresponsable, cuando eso es lo que enseña el mismo presidente y el subsecretario de salud. Pero no es así. Otros países presentan resultados muy distintos. Japón, que tiene la misma cantidad de población que nosotros, ha librado el reto con menos de 5 mil bajas. Corea del Sur, con 59 millones, cuenta sólo con un mil 500 víctimas letales. Vietnam, con 95 millones, sólo ha visto morir por Covid a 37 de sus habitantes. El gigante chino, que tiene mil 400 millones, venció el virus con una cifra muy baja, de apenas 4 mil fallecimientos. Algo parecido podemos decir de Taiwán, Singapur, y de la mayoría de países del norte europeo, de Australia, Islandia, Uruguay y Cuba.
Ante el recrudecimiento de la enfermedad, siguen vigentes las principales medidas que adoptaron los países que la derrotaron con éxito.
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En primer lugar, hacer a un lado al (ir)responsable del gobierno de esta tarea, al señor López-Gatell, y sustituirlo por un consejo de científicos mexicanos y expertos de otras nacionalidades.
Se requiere de una estrategia de vacunación en la que se vea involucrada la sociedad, los ciudadanos, las universidades, las agrupaciones sociales, las comunidades, la infraestructura pública y privada. En el combate a la pandemia se debe alentar la participación de la clase trabajadora y de la sociedad en general. Que sean los que ya tienen inmunidad a los que se exhorte a llevar y repartir alimentos y medicinas, a crear brigadas de detección de portadores del virus y de inoculadores de vacunas, a que cuiden enfermos, etcétera.
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- El gobierno de AMLO siguió los pasos de Donald Trump y de los grandes capitalistas, que no quisieron detener totalmente durante dos o tres meses la producción y el trabajo porque redituaría pérdidas a las empresas. A la fecha, la gran mayoría de fábricas y empresas en México están trabajando con grave riesgo de contagio para sus operarios. Fue peor remedio la paralización parcial de la economía decretada por el gobierno el año pasado, más larga de lo esperado, que ocasionó en 2020 la peor caída del PIB de que se tenga memoria, de 9 puntos, un quebranto de unos 100 mil millones de dólares. Para hacernos una idea de lo que perdió la economía nacional, consideremos que la Ciudad de México, la que más gasta, dispondrá este año de 11 mil millones de dólares. Los grandes empresarios no perdieron –como uno de los consentidos de AMLO, Salinas Pliego, dueño de Elektra, que obligó a trabajar a sus empleados- pero sí los pequeños y micro empresarios, cuyos negocios quebraron en número de un millón 100 mil. Cerrar la economía en su totalidad (salvo actividades verdaderamente esenciales) durante dos a tres meses es costoso, pero nada comparado con una caída como la descrita.
La medida anterior incluye la paralización casi total del transporte público, lo que nunca se ha hecho en nuestro país. La incoherencia e hipocresía del gobierno se han revelado cruda y alarmantemente en lo sucedido en estos días en la Ciudad de México. La descompostura de seis líneas del Metro y la transportación de pasajeros en autobuses atiborrados son levadura para cientos de miles de contagios y decesos.
- El confinamiento debe ser un derecho de todos y no sólo de algunos sectores de clase media y alta. Las mujeres en resguardo deben tener acceso a protección inmediata ante agresiones y abusos.
El 70% de los muertos son personas pobres o con bajos recursos. Los trabajadores de fábricas, empresas y negocios cerrados, así como los trabajadores informales y toda persona sin ingresos deben recibir una mensualidad de mínimo 8 mil pesos mensuales para poder confinarse y hacer frente a sus gastos más urgentes. Los recursos deben salir fundamentalmente de tres fuentes:
a) Del no pago de la deuda pública, que le daría al gobierno más de 700 mil millones de pesos en 2021.
b) De la confiscación de las fortunas de los 100 principales magnates.
c) De un impuesto especial a los grandes capitales.
- Millones de pruebas que lleven a separar a portadores del virus para romper cadenas de contagio. Pago por el Estado de estos gastos.
- Decreto mediante el cual los hospitales privados deban recibir pacientes sin recursos y a los que no se cobre la atención. Creación de nuevos hospitales provisionales para hacer frente a la emergencia.
- Incremento sustancial del presupuesto de salud, que incluya un aumento salarial sustancial a estos trabajadores.
- Fincar responsabilidades a las autoridades que enviaron a decenas de miles de médicos a pelear contra la pandemia sin el equipo adecuado, lo que ha llevado a que México sea el país con más muertes entre el personal de salud.
- Verdadero auxilio estatal a las micro y pequeñas empresas, un millón 100 mil de las cuales han quebrado en estos meses. Son estos emprendimientos los que generan la mayoría de los empleos y a la enorme mayoría de sus dueños difícilmente puede calificárseles de “empresarios” porque también laboran y son pobres. Los préstamos de 25 mil pesos que otorgó el gobierno a algunas de estas “empresas” fueron a todas luces insuficientes.