“Guerra contra el narco”

¡Pueden evitarse más de cien mil asesinatos! 

Sabemos cuándo empezó la hemorragia. Fue en 2007 y la empezó el PAN, el presidente Felipe Calderón. Se le conoce como guerra contra el narco.

Esta guerra la siguió el PRI, el presidente Peña Nieto prosiguió la violencia desde el Estado.

Doce años de guerra fueron un rotundo fracaso: el narco continuó, tal vez con mayor fuerza. Pero quedaron más de cien mil muertos y decenas de miles de desaparecidos.

El PRIAN llevó a México a una de sus peores tragedias, a que el pueblo mexicano derramara sangre como en uno de los más mortíferos conflictos bélicos.

Y todo fue en vano, no hubo triunfo ni gloria, sólo una montaña de muertos, en su mayoría jóvenes. También murieron mujeres y niños. 48 mil están desaparecidos. Y numerosas acusaciones de violaciones a derechos humanos persiguen a las fuerzas armadas. En medio de ese inmenso luto, en 2018 el candidato López Obrador aseguró tener las claves para sacar al país de la pira sangrienta.

López Obrador prometió regresar al Ejército a los cuarteles y generar condiciones económicas para que los mexicanos que delinquen ya no necesitaran hacerlo.

Luego de dos años y medio de presidencia de López Obrador, incumplió sus promesas: el Ejército no sólo sigue en las calles, ahora es legal que pueda hacerlo. El nuevo gobierno le cambió el nombre a la Policía Federal y ahora se llama Guardia Nacional. Está formada en su mayoría por militares.

Y los jóvenes no han visto que sus condiciones económicas mejoren y sus expectativas de un mejor futuro se han caído. El programa social “sembrando futuro” (¿?), mediante el cual algunos jóvenes reciben 3 mil 600 pesos al mes, recibe cada menos presupuesto.

En lo esencial, Morena y el actual presidente han seguido la misma política de los anteriores dos partidos en el poder. Ante este gran problema nacional, Morena, el PAN y el PRI han tenido la misma política.

Los asesinatos dolosos continúan y han aumentado. Cada día hay en promedio 100 de éstos, cuatro por hora, uno cada 15 minutos.

En 2019 hubo 37 mil 315 asesinatos; y en 2020 40 mil 863. Otras fuentes registraron cantidades menores, de 32 mil 637 y 34 mil 515.

Ojalá las verdaderas sean estas últimas cifras, pero siguen siendo muy altas. En cuanto a desaparecidos, que son muertos cuyos cadáveres están en fosas clandestinas, con el nuevo gobierno eran 13 mil 821 a septiembre del año pasado.

La tragedia persiste y el gobierno no hace nada serio por pararla. No nos desinteresemos con el argumento egoísta de que los difuntos eran narcos y se buscaron su muerte. Los estudios dicen que la mayoría de las bajas fueron víctimas colaterales, eran parte de la población que vive en los territorios en los que actúa la delincuencia organizada y que no tenían injerencia directa en ella. El muerto pudiste haber sido tú, tu hermano, tu hijo o tu vecino.

El PRIAN, MORENA y demás fauna partidista carecen de una solución a este gran problema nacional. La cuestión es que, de seguir López Obrador como hasta ahora, en los 30 meses que restan de su administración podría haber 108 mil asesinados y 20 mil desaparecidos más.

Es hora de experimentar otras salidas, existen otras soluciones al laberinto sangriento. El Partido Obrero Socialista propone.

Para terminar con la violencia derivada del tráfico de drogas, deben ser legalizadas. Lo que encarece las drogas y hace que su venta sea un jugoso negocio es que estén prohibidas. Sigamos el ejemplo de Uruguay, que legalizó la mariguana y redujo la violencia considerablemente. Cuando comprar un kilo de mariguana valga lo mismo que una lechuga, no tendrá caso el tráfico de droga.

Pero legalizar las drogas y terminar así con el negocio que su tráfico conlleva, es algo que no conviene a buena parte de nuestros políticos y empresarios, que participan de muchas maneras de los negocios del narco y son cómplices de los delincuentes.

Antes de que las drogas sean legalizadas, debe instrumentarse, al menos con seis meses de antelación, una intensa campaña entre la población para evitar que se haga adicta a las drogas. Los socialistas aspiramos a una sociedad libre de drogas y buscamos que ello ocurra principalmente mediante el convencimiento informado.

Junto con los programas de prevención de drogas, el Estado invertirá en clínicas de rehabilitación de los adictos.

Sectores de nuestros campesinos, por necesidad económica o por amenazas de los narcos, cultivan drogas. Para todos ellos decretaremos una amnistía, no se les perseguirá con la policía ni se les llevará a juicio. Además, se instrumentará un programa de sustitución de cultivos ilícitos por cultivo de alimentos, en el que se les pagarán por sus cosechas precios de garantía que les permitan un ingreso suficiente para que mantengan a sus familias con decoro.

Estamos por la vuelta de las fuerzas armadas a los cuarteles. Proponemos que la seguridad esté basada en policías ciudadanas basadas en la participación de las comunidades y de los habitantes de los barrios. No hay soluciones fáciles ni cómodas para grandes problemas como la inseguridad. Sólo la participación consciente y organizada de la población en garantizar seguridad obtendrá resultados. Pediremos que todos los adultos menores de 68 años cada 14 días den seis horas de su tiempo a hacer rondines junto con sus vecinos. Sólo medidas como ésta son eficaces.

**

Ni PRI ni PAN solucionaron la inseguridad. Más bien la aumentaron y generaron más violencia. Tampoco Morena y AMLO han sacado a México de la espiral sangrienta.

Este 6 de junio: ¡ANULA TU VOTO! TACHA LA BOLETA Y ESCRIBE CRUZÄNDOLA:

¡NO MAS SANGRE, NO MAS MUERTES!, QUE REGRESEN LOS MILITARES A SUS CUARTELES.


Este material forma parte de nuestra campaña por la anulación del voto en las elecciones del 6 de junio de 2021. Puedes encontrar esta información en otros formatos aquí