Por Ricardo Valencia.
Para el grueso de la clase trabajadora en México es un hecho que el salario no alcanza, al contrario, parece ser que cada vez alcanza para menos, no parece importar que los salarios por lo general pareen ser más altos que antes, simplemente son insuficientes. Incluso los últimos aumentos a salario mínimo del 45% no nos dan abasto. Pero nos hemos preguntado por qué.
La explicación a este problema debemos encontrarla no en una supuesta mala administración del gasto familiar, sino en causas de orden económico y político.
Por una parte, nos encontramos con el efecto que tiene la inflación sobre el precio de los productos, lo cual afecta seriamente la capacidad de compra, o poder adquisitivo, es decir, para qué nos alcanza el dinero.
Hay otros dos grandes factores que carcomen el poder adquisitivo del salario. El primero es el salario mínimo, desde 1976 el Fondo Monetario Internacional “sugirió” al gobierno mexicano que contuviera los salarios. El gobierno mexicano obedeció, esto significó que los salarios que fija el gobierno, o sea el salario mínimo, no debía de aumentar nunca más que la inflación, lo que provocó que los productos en general siempre estuvieran aumentando de precio sin que los salarios pudieran alcanzarlos nunca.
Otra cara de este mismo sistema de contención salarial se concreta cuando el gobierno fija un “tope salarial”, es decir, que se le ordena a la burguesía dueña de las empresas y a los líderes sindicales charros que en las revisiones salariales el ofrecimiento salarial no supere nunca el porcentaje fijado por el gobierno.
Este “tope salarial” que impone el gobierno para todos los sindicatos, sumado al aumento al salario mínimo que cada año se hace, y a la inflación que constantemente encarece los precios de la vida, son la triada con que cuenta el Estado y la burguesía para que los efectos negativos de la inflación los terminen pagando la clase trabajadora.
AMLO y los topes salariales.
Ahora bien, desde la llegada de AMLO a la presidencia, los aumentos al salario mínimo han aumentado mucho más que en sexenios anteriores, en 2019 aumentó 16% y en 2020 aumentó un 20%, para este 2021 aumentó otro 16%, de tal manera que el salario mínimo actual es de $141.70 pesos. Y recientemente se reformó la Ley Federal del Trabajo para que en el futuro no pueda haber ningún aumento al salario mínimo por debajo de la inflación, pero ¿es esto suficiente para que alcance el salario y cumpla con lo que establece la Constitución en el artículo 123?
La respuesta es no. Aun si tomamos en cuenta los aumentos al minisalario otorgados en esta administración, se estima que la pérdida del poder adquisitivo del salario desde 1976 hasta el 2021 es de un 45%. El sueldo del trabajador sólo alcanza para comprar un poquito más de la mitad de productos que hace 44 años. Por lo que sí los aumentos subsiguientes al salario son igual o un poco superiores a los de la inflación, el salario mínimo seguiría siendo insuficiente.
En segundo lugar, estos aumentos al salario mínimo tienen un trasfondo político porque si bien en sí mismos representan un gran avance, podemos ver que la mayoría de trabajadores asalariados no ganan el salario mínimo, sino un poco más, por lo que el grueso de la clase trabajadora no se ve beneficiada de estos aumentos insuficientes, incluso sigue habiendo trabajadores que ni siquiera ganan en salario mínimo. Por otro lado, a la par de promocionarse como uno de los grandes logros de la “Cuarta Transformación”, el gobierno federal sigue manteniendo los topes salariales para todos los sindicatos del país, aunque claro ya no se les llama de esta manera e incluso AMLO ha declarado que ya no existen, aunque esto solo es declarativo pues los salarios de la clase trabajadora sindicalizada siguen padeciendo de estos topes.
Los Topes salariales y el T-MEC.
Debemos tener claro que, si la presente administración federal ha concedido estos aumentos salariales, no se debe tanto a su vocación “progresista”, sino que la burguesía de Canadá y Estados Unidos impusieron a México que subiera los salarios y reformara la ley laboral, esto como condición para firmar el T-MEC. Esta condición tampoco se debió al altruismo de las potencias extranjeras, sino que México al condenar al hambre a la clase trabajadora nacional, provocaba que las empresas norteamericanas se instalaran en México y abandonaran sus países de origen.
La lucha por conseguir mejores condiciones de vida, inicia por obtener una mejor retribución por nuestro trabajo, por lo que es necesario que luchemos por salarios remuneradores que nos permitan tener una mejor calidad de vida. Los trabajadores sindicalizados deben luchar por romper los topes salariales, lo cual solo se logrará democratizando sus organizaciones y luchando con el conjunto de la clase trabajadora. Mientras que los trabajadores que carecen de sindicatos deben luchar por mayores salarios y no permitir que la burguesía les siga robando.
¡¡¡Derribemos los topes salariales y conquistemos una vida digna!!!