“Exigimos la libertad de amar y de abortar”
En 1973, en Argentina, hubo una mujer candidata que por primera vez en la historia de ese país llevó la pelea por la legalización del aborto a su campaña política. “Exigimos la libertad de amar y de abortar”, era una de las consignas que lanzó Nora Ciapponi en su campaña a vicepresidenta del Partido Socialista de los Trabajadores.
“Es que esa frase rompía con el mensaje siniestro de los que juzgaban y juzgan el acto individual de la mujer de abortar”, le explicó Ciapponi hace un año al periodista Juan Luis González. A principios de los años 70’s Nora era una obrera textil en Buenos Aires. Para cuando llegaron las elecciones del 11 de marzo de 1973 ella, con 31 años, ya contaba con cuatro detenciones durante la dictadura de Onganía en su currículum y una larga historia de lucha política. El PST, su partido, fue uno de los más atacados en aquél régimen de facto y en especial sería un blanco predilecto de la Alianza Anticomunista Argentina, que hizo matanzas de socialistas.
“¿Va a votar a un patrón, a un militar, a un político patronal? ¿O va a votar a Nora?”, preguntaba el modesto cartel que editó el PST para esa contienda electoral. Para aquella campaña, tal cual relata la activista feminista, escritora y ensayista Mabel Belucci en su libro “Historia de una desobediencia”, el partido socialista lograba dos récords: llevaba por primera vez a una mujer como candidata y por primera vez también demandaba la legalización del aborto. En el punto número ocho de su programa, el PST pedía “la libertad en la relaciones sexuales, el divorcio absoluto, la libre venta de anticonceptivos, la protección de la madre soltera, y la legalización y gratuidad del aborto, practicado en establecimientos del Estado y con todas las garantías necesarias que aseguren la salud”.
En esa campaña Ciapponi hizo famosa la frase “exigimos la libertad de amar y abortar”: “Lo que quería decir era que todas las mujeres tenemos el derecho a gozar y el derecho también a abortar, era la defensa de un derecho fundamental, la decisión de si quiero tener hijos o no. No me castiguen por haber quedado embarazada, porque también tengo el derecho a amar. No me quiten ningún derecho; al revés”.
En las elecciones el PST, que llevaba a Juan Carlos Coral como candidato presidencial, sacó menos de 100 mil votos, aunque el impacto social de los candidatos socialistas fue notorio. “Pero la calle no sabés lo que era, muchísimos jóvenes me paraban y me decían ‘dale para adelante Norita”, cuenta ella.
Ocho años después llegó Nora a México, en 1981, donde residió casi dos años y militó en el POS, que tomó desde entonces como una de sus banderas más importantes la legalización del aborto.