Hace un mes salió una nota que cundió el medio sindical mexicano, la Asamblea General del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) había decidido convocar a estallar en huelga en la companía de telefonía celular más grande e importante del país, propiedad de Carlos Slim.
Al ser el STRM uno de los Sindicatos Nacionales de Industria más grandes e importantes del país, cualquier amenaza de movilización telefonista llama pronto la atención de todo mundo, en especial de la Patronal y el Gobierno Federal.
Este emplazamiento a huelga se desarrollará bajo los nuevos lineamientos de la Reforma Laboral del 2019, pero es un proceso mucho más complejo que un simple proceso jurídico laboral y guarda en sí mismo toda una serie de factores imbricados.
UN POQUITO DE HISTORIA…
El sindicato de telefonistas es de los más grandes en número y de mayor importancia, cuenta con estructuras y tradiciones democráticas a nivel de base, también han sido una organización solidaria con otros sindicatos y con otras luchas del pueblo trabajador, sin embargo esto no ha sido suficiente.
Luego de los “Charrazos” a los sindicatos nacionales de industria en la década de los 40s, el STRM mostró siempre una fuerte lucha contra el gobierno y la patronal por mantener procesos internos democráticos, claro, con sus altibajos. En 1976, derivado de un gran proceso de lucha democrática llegó Francisco Hernández Juárez a la Secretaria General del sindicato, cargo en el que se ha mantenido hasta ahora.
Como parte de sus procesos democráticos el STRM ha convocado y estallado en Huelga en varias ocasiones, aunque por lo general sus Huelgas han sido REQUISADAS, es decir, que en cuanto los trabajadores toman las instalaciones y suspenden los trabajos, el EJÉRCITO por medio de un decreto presidencial y con las armas empuñadas, toma todas las instalaciones y obliga a los trabajadores a continuar con su labor.
El gobierno federal siempre ha impedido el libre ejercicio de la Huelga para los telefonistas, solo en dos o tres ocasiones han “permitido” que estallen en huelga, pero estas nunca han llegado a durar ni 24 horas.
Ahora el STRM ha puesto a prueba las nuevas disposiciones legales para el estallamiento, lo que dejará ver su burocratismo e injerencismo gubernamental, aunque para analizar este punto aún falta un poco de distancia temporal.
UNA DEMOCRACIA CONTROVERTIDA
No es un secreto para nadie en el medio sindical que dentro del STRM existe una política de “culto a la personalidad” de su Secretario General Hernández Juárez. En cada evento al que delegados del Sindicato Telefonista de presentan, mencionan que su presencia es a nombre de Hernández Juárez, la casi única figura pública a nivel nacional del sindicato es Hernández Juárez indiscutiblemente.
Pero después de décadas al frente del Sindicato es legítimo preguntarse si aún están vigentes los principios democráticos en el STRM.
Muchas figuras orgánicas a lo interno siguen siendo democráticas ya que hay cabida a la discusión y renovación de cargos sindicales de base, también es cierto que apoyan a diversas luchas sindicales y populares, pero la total preponderancia y hegemonía del grupo político sindical y su permanencia prolongada al frente del sindicato ha creado toda una lógica cesarista y claro, burocrática.
Por más democracia interna en la base que exista al Interior del sindicato, es innegable que un pequeño grupo se ha hecho del poder y representación legal de más de 60,000 trabajadores durante décadas, esto genera que a su vez este pequeño grupo se preocupe y trabaje para sus propios intereses, para continuar gozando con las prerrogativas económicas y políticas que han ostentado durante décadas, esto lacera la democracia sindical.
Una burocracia sindical con apariencia democrática es intrínsecamente antidemocrática y tiende hacia una política de colaboración con el enemigo de clase.
UNA TÁCTICA DESGASTADA
Hernández Juárez al frente del STRM se ha caracterizado por “apretar” hasta el último momento, en cada proceso de negociación colectiva se arenga con estallar en huelga, se mueve a la opinión pública, se convoca movilizaciones y hasta paros en las instalaciones, llegó incluso a convocarse a un paro nacional telefonista que con el paso de los días se modificó la convocatoria para llamar a un paro individual generalizado con descuento al salario que se limitó a las áreas no esenciales del sistema.
Hernández Juárez y el grupo que lo apoya llevan en el poder más tiempo que el que duró la Dictadura de Porfirio Díaz, incluso se acerca al tiempo que estuvo al frente de la CTM Fidel Velázquez, durante todo ese tiempo Hernández Huárez siempre arenga con las mismas tácticas de lucha, ya hay un guión donde la patronal, los medios de comunicación, la dirección y burocracia sindical y el gobierno saben de antemano qué papel desempeñan para que el sindicato no estalle un gran proceso de lucha.
No es que no existan problemas laborales importantes y graves, las demandas telefonistas están justificadas, y la empresa está en condiciones de satisfacerlas, pero desde los 90s el STRM guarda un conflicto potencial que nunca estalla, siempre se prorroga y pocas veces se satisfacen las demandas ¿será que la burocracia sindical telefonista impide una lucha real?
LA CONJURA
Se le llama CONJURA cuando un sindicato que emplazó a huelga decide no estallarla y aceptar los acuerdos ofrecidos por la patronal.
Luego de más de dos décadas sin un estallamiento o un proceso cercano al estallamiento, la CONJURA de la huelga cada año viene anexa al mismo emplazamiento a HUELGA, este año parece repetirse por parte de la burocracia sindical esta misma táctica de apriete y conjura.
Luego de cerca de dos semanas antes de la fecha fijada para el estallamiento del 12 de Mayo, la dirección del STRM decidió prorrogar el plazo para el 7 de junio, esta decisión, a diferencia de la votación para el estallamiento, no se consultó a las bases telefonistas, y tampoco se ha hecho público el resultado de la votación en relación a SI estallar en huelga o NO, al menos en este punto no hay transparencia en los comicios, lo que genera al interior de sindicato una falta potencial de legitimidad de la propia burocracia sindical
El mundo está cambiando y los sindicatos de en cambiar igualmente, adaptarse, empero los principios de Democracia, independencia política y de clase, y la táctica de lucha de clases debe permanecer para lograr una representación obrera auténtica, la última palabra la tendrá la base telefonista.