López Obrador, como servidor del capitalismo, sabe que la estabilidad social burguesa depende de la buena relación con el ejército.
A continuación les presentamos una breve historia de dicha dependencia y las promesas falsas que ha hecho a la población, pero en especial, a familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
En 2018 el presidente electo se reunió con los padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa y enfáticamente les prometió: Vamos a llevar a cabo todo lo necesario “hasta llegar a la verdad y la justicia”.
Luego de tales promesas, dos de los padres de familia, en representación de los demás, reconocieron los acuerdos alcanzados con López Obrador y dijeron que estos representaban una esperanza de poder conocer la verdad de lo que le ocurrió a sus hijos.
Sin embargo, nos tememos que, tres años después, un tiempo más que suficiente para encontrar la verdad y saber qué pasó con los muchachos, las expectativas que les crearon a los padres y madres de los jóvenes normalistas no se han cumplido. Y muy probablemente no se cumplirán.
Como sabemos, en febrero de 2015 – a seis meses de la noche de Iguala, en la que desaparecieron a 43 y mataron a seis-, el entonces procurador Murillo Karam anunció que una banda de narcos y policías cómplices habían confundido a los estudiantes con miembros de una banda criminal rival y que los habían capturado, sacrificado y luego calcinado en el basurero de Cocula. Tal es la “verdad histórica” o la versión que el gobierno de Peña Nieto le presentó a la sociedad sobre este caso.Sin embargo, nadie les creyó y diversos investigadores, junto con el Grupo de Investigación de Extranjeros Independiente (GIEI) demolieron tal versión, sobre todo el que los cuerpos de las víctimas habían sido incinerados y en ese lugar. También se documentó que las policías y el Ejército habían participado en la captura de las víctimas o la habrían tolerado. Sin embargo, no dieron con el paradero de los ausentes ni formularon con claridad una explicación sobre lo ocurrido con los normalistas.
Ya como presidente, López Obrador traicionó una de las principales promesas que hizo antes. Por si alguien con amnesia no recuerda, el tabasqueño enarboló siempre la bandera de regresar al Ejército a los cuarteles, vamos a poner un ejemplo entre muchos:
El 21 de marzo de 2011 en el Auditorio Nacional, López Obrador presentó 50 puntos de su Proyecto Alternativo de Nación, con el que Morena se constituyó como partido político, y el sexto punto fue: “Gradualmente se retirará el Ejército y la Marina del combate al narcotráfico”, lo que desató los aplausos de los presentes.
En un mensaje por internet transmitido el 6 de febrero de 2012, en el minuto 16:30 puso incluso el plazo de medio año para regresar a los militares a los cuarteles (https://www.animalpolitico.com/elsabueso/sabueso-amlo-ejercito-contradicciones/).
Sin embargo, en noviembre de 2018, dos semanas antes de tomar posesión como Jefe del Ejecutivo, AMLO anunció algo muy distinto: una reforma legal para que los militares puedan encargarse de la seguridad pública.
Con AMLO vale el dicho que dice que tratándose de comer y rascar sólo hay que empezar. Como sabemos, para el presidente la ley que beneficia a los militares sólo fue el inicio de numerosas concesiones, canonjías y privilegios a las Fuerzas Armadas: les aumentó el presupuesto, el control de aduanas, aeropuertos, intervino ante EEUU para que liberara al general Cienfuegos, etcétera, etcétera. En cada ocasión en que López Obrador les hace genuflexiones a los uniformados, el esclarecimiento de Ayotzinapa y la justicia se alejan más y más.
Cualquiera que esté medianamente informado sobre lo ocurrido en la trágica noche de Iguala del 26 de septiembre de 2014, sabe que la participación del Ejército en esos terribles hechos está plenamente comprobada, así como de los militares que formaban parte de la Policía Federal.
Por ejemplo, nada menos que la actual Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció luego de la captura del general Salvador Cienfuegos en Estados Unidos que:
Estamos viendo la posibilidad de que se presenten los integrantes de esa zona militar a hacer sus declaraciones. No se entiende que no supieran qué estaba pasando. Ellos sabían. Queremos que se presenten, que declaren, queremos conocer lo que ellos vivieron y su grado o no de participación. Sería muy importante para esclarecer la verdad sobre la desaparición de los 43”. (Entrevista con Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado Gómez, en Sin Embargo,).
Han pasado dos años y medio de este gobierno y desgraciadamente, podemos asegurar que en tanto tiempo no hay un avance real y serio en las investigaciones, ni en hacer justicia. Y está claro que no la habrá con el Ejército protegido y cuidado por el presidente.
Comenzando porque el verdadero jefe del caso es el señor Alejandro Gertz Manero (AGM), un miembro distinguido del régimen del PRIAN que es el Fiscal General de la República de Andrés Manuel. Con Vicente Fox en la presidencia, Gertz Manero fue el secretario de Seguridad Pública. Este caballero cada que le acercan un micrófono ataca severamente al PRIAN, pero fue parte de esa cría criminal. En su comparecencia más reciente sobre Ayotzinapa, el 26 de septiembre del año pasado, el fiscal volvió a fijar su posición:
La presencia de los estudiantes fue un coincidente letal en un momento de choque entre los grupos delincuenciales, sus encubridores y sus socios, enquistados en las policías locales, la Policía Federal y entre los distintos organismos y fuerzas del Estado mexicano que tenían presencia en ese lugar.
Las palabras que hemos copiado arriba dichas por el fiscal de López Obrador expresan lo mismo que dijo el gobierno de Peña Nieto. En la mente de Gertz Manero, los culpables de los crímenes del 26 de septiembre de 2014 fueron “grupos delictivos”. No hay aquí responsabilidad directa del gobierno de Iguala, ni del gobierno de Guerrero ni del entonces gobierno federal. Tampoco hay responsabilidad del Ejército. A lo sumo de policías corruptos aliados a los narcos. La versión del fiscal Gertz es en esencia la misma que la “verdad histórica” del anterior gobierno y su procurador.
(Este hombre no es el único en la 4T que viene de los bajos fondos del PRIAN. Omar García Harfuch, implicado en las desapariciones de Iguala por ser el principal mando de la Policía Federal, cobra en el Gobierno de la Ciudad de México de Claudia Sheinbaum como secretario de seguridad.)
Es necesario analizar los informes presentados el 26 de septiembre pasado del resto de responsables de la “investigación”, el subsecretario Alejandro Encinas y Omar Gómez Trejo.
Encinas, que encabeza la llamada pomposamente Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia, intentó dorar la píldora a los padres y madres de familia presentes, que escuchaban con gran atención y esperaban algún avance verdadero. Quedaron chasqueados.
Encinas se la pasó diciendo cosas poco relevantes, como que emprendieron 30 acciones de búsqueda, infructuosas, y que acudieron a todas las instancias de la administración pública que estarían dispuestas a “coadyuvar”. También que en otro sitio distinto al señalado la anterior PGR encontraron los restos de Cristian Rodríguez.
Lo más esperado fue lo poco que dijo sobre el Ejército. Dijo que la SEDENA entregó la información que le fue solicitada, y que esta secretaría “ha puesto a disposición de la Comisión de la Verdad a todos los elementos del 27 Batallón [asentado en Iguala] para presentar las declaraciones ministeriales…”
Como podemos darnos cuenta, casi dos años después esta Comisión no había interrogado a ningún miembro del Ejército. En esta grave omisión no sólo existe irresponsabilidad y negligencia de la Comisión, pero sobre todo el Gobierno de la 4T no investiga ni interroga a su aliado consentido, el Ejército.
Lo único sincero que expresó el subsecretario fue el reconocimiento de que “la única verdad es que no hay verdad.” Y que, a la fecha, no han dado con “ningún indicio”.
Todavía existía entre los presentes alguna mínima expectativa en el informe de Omar Gómez Trejo, titular de la también pomposa Unidad Especializada en Investigación. Les ahorramos a los lectores lo que dijo don Omar, pues no vale la pena resumirlo.
Aún faltaba por analizar lo más interesante del acto del gobierno en el sexto aniversario de la noche más triste del México contemporáneo: Tomó la palabra doña María Martínez Seferino, madre de uno de los chicos desaparecidos. Sus palabras fueron un clamor desgarrador que dirigió a López Obrador, presente en el lugar. “No tenemos nada” [ningún progreso verdadero en conocer la verdad]. “Participaron militares”, dijo enfáticamente. “¿Y cuándo les van a llegar a los militares?”
El presidente tuvo que improvisar unas palabras para dar respuesta a la señora María. Dijo lo siguiente:
1.- Se van a obtener órdenes de aprehensión “también contra militares que se van a ejecutar.” “Quiero que me entreguen el informe si ya se detuvo a los de las fuerzas armadas.”
- “Mes con mes”, dijo, vamos a seguir informando. “Eso es lo que yo les ofrezco”, declaró.
Han pasado siete meses de estos compromisos del presidente. Nada de esto se ha cumplido. Claro que ningún militar ha sido perseguido ni mucho menos aprehendido. Pasan los meses y López Obrador tampoco informa periódicamente de lo que debe hacer la Fiscalía y la Comisión mencionada.
Tampoco son citados a comparecer altos funcionarios de la administración pasada. El ex procurador Murillo Karam fue el artífice de la “verdad histórica”, mintió, obstruyó la justicia, mandó a torturar a personas para obtener confesiones acordes con sus embustes. Pero la 4T nunca lo ha molestado. Algo parecido ocurre con el ex gobernador Ángel Aguirre, seguramente implicado en la cruel represión contra los jóvenes. Este hombre es tan cínico que cada elección pretende reaparecer como candidato del PRD. Son los familiares de los desaparecidos los que han impedido que este torvo sujeto vuelva a las andadas y tenga fuero.
Lo que sí avanza es la candidatura a diputado dada por el partido Morena para el ex vocero de los familiares. Felipe de la Cruz, apoyante del gobierno en su propósito de ocultar la verdad, impedir la justicia y desmoralizar a su antiguos representados. Sin embargo, fue de suma importancia que las familias de los 43 se deslindaran de él, ya que no representa el rumbo del movimiento.
La 4T va acumulando todos los días la decepción y la frustración de millones que confiaron en López Obrador. En especial por darle la espalda a los desaparecidos de Ayotzinapa y a toda la población agraviada por los hechos.
En el mejor de los casos, con esta 4T, podemos esperar que capturen a unos cuantos más y con suerte a dos o tres soldados. También que digan que algunos de los jóvenes fueron asesinados en otro lugar o lugares. Pero con AMLO los desaparecidos de Ayotzinapa no encontrarán verdad ni justicia mientras exista la subordinación al capitalismo y la alianza con el ejército. Por todo lo anterior, invitamos a los madres y padres de Ayotzinapa a desconfiar en este gobierno, a no tener ningún tipo de empatía por encubridores, por protectores del capitalismo. Este sistema no nos representa, no hay espacio para nosotrxs.
Organicémonos, vayamos construyendo una alternativa verdaderamente revolucionaria. Únicamente así podremos llegar a la verdad y a la justicia y en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa y ante todas las injusticias cometidas. No olvidemos que la 4T y Morena lanzaron a un violador y agresor sexual como candidato a gobernar Guerrero, ahora está su hija. No olvidemos que Ángel Aguirre quiere seguir en el poder. No olvidemos la alianza entre Cienfuegos y AMLO.
Vayamos construyendo una alternativa rumbo a 2024. Estas personas no nos representan. La población organizada es la única que podrá hacer justicia y dar con el paradero de los 43.
Organízate y lucha con nosotrxs. 8 de mayo de 2021.
Los discursos citados pueden encontrarse aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=oKlrXzI6_sM
https://www.youtube.com/results?search_query=you+tube+fiscalia+gertz+manero+ayotzinapa
https://www.youtube.com/watch?v=oKlrXzI6_sM&t=172s
Imagen: jazbeck vía flickr
2 thoughts on “La dependencia de AMLO al Ejército le lleva a decir ¡NO! a los padres de Ayotzinapa”
Los comentarios están cerrados.