El charrismo sindical ha perdido la importancia política que llegó a tener con el PRI-Gobierno. y su actividad represiva también se ha relajado. Sin embargo, las premisas básicas del charrismo se han mantenido: la antidemocracia al interior de los sindicatos, los métodos autoritarios, la malversación de los fondos sindicales, la corrupción y en general la venta de los intereses de la clase trabajadora siguen siendo sus características. El gobierno federal apoya a los charros para tener controlada a la clase trabajadora y envía las policías y el ejército contra los obreros cuando la burocracia sindical falla.
El gobierno de MORENA ha legitimado al charrismo antes priista y ahora en MORENA. La 4T se acercó a las organizaciones charras CTM, CROC, CROM, CATEM y la UNT, quienes luego de interponer amparos en 2019 contra la reforma laboral, decidieron aceptar las nuevas condiciones y colaborar con el gobierno federal.
Una de las organizaciones sindicales que se convirtió en la portavoz de la política sindical morenista fue el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, dirigido por Napoleón Gómez Urrutia. Este sindicato, representante del charrismo más antidemocrático y represivo en otro tiempo, fue el primero en ser legitimado por López Obrador al hacer de su Secretario General un diputado federal.
Más importante ha sido la incorporación de los charros sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a las filas del nuevo oficialismo y en detrimento de la CNTE, la coordinadora nacional de maestros democráticos, que ha quedado relegada en los planes del nuevo régimen. Aun así, muchos dirigentes de la CNTE han optado por ser platos de segunda mesa y se han tratado de acomodar a los designios de la 4T.
La reforma laboral fue una condición de EUA y Canadá en el marco del T-MEC para que México cambiara su política laboral y el marco normativo del trabajo como condición para continuar con el acuerdo mercantil. El imperialismo norteamericano buscaba garantizar un ambiente laboral dócil, se concluyó que el sistema sindical heredado del PRI era odiado por la clase trabajadora y que podría generar inestabilidad laboral. Así fue como se revistió la reforma como si trajera libertad y democracia sindical. En realidad, ha servido para cimentar la relación de subordinación al imperialismo norteamericano.