Ayotzinapa, a nueve años de la Noche de Iguala:
AMLO confirma que está de lado de los perpetradores: militares que desaparecieron a los normalistas de Ayotzinapa
México bajo la presidencia de AMLO es un país en el que cerca de 50 jóvenes estudiantes fueron asesinados o desaparecidos en una noche sin que nueve años después se sepa quién o quiénes fueron los responsables. La tragedia de Iguala no se esclarece debido a que la SEDENA no ha entregado información y documentos, y el presidente acepta que los militares obstruyan la verdad y la justicia. A pesar de la atrocidad de los crímenes, no hay un solo sentenciado.
El presidente se hace el tonto y sostiene que el Ejército ya entregó toda la documentación que se le solicitó. La cuestión es que en los cientos de páginas oficiales no aparece, aunque sea en unas líneas, quiénes desaparecieron a los 43 y porqué lo hicieron. Y este es el meollo del asunto.
AMLO y la 4T ya tuvieron durante cinco años toda la fuerza del Estado para encontrar o saber a dónde fueron a parar los chicos de Ayotzinapa. Pero esa fuerza no se usó en pro de las víctimas sino para lo contrario: los uniformados fueron los mimados por esta administración que les dio obras, cargos, dinero, impunidad y poder.
En agosto del año pasado un subordinado de AMLO, Alejandro Encinas, declaró en una conferencia presidencial que un coronel había retenido a 6 de los 43 desaparecidos y los había mandado matar.
El señor Encinas dijo:
Se presume que seis de los estudiantes se mantuvieron con vida hasta cuatro días después de los hechos [de la noche del 26 de septiembre] y que fueron ultimados y desaparecidos por órdenes del coronel José Rodríguez Pérez (Conferencia presidencial, viernes 26 de agosto de 2022, minutos 48.36 – 48. 48.
Pues bien, acerca de tal revelación, ni AMLO ni su empleado han dicho nada.
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Una de las novedades en las pesquisas recientes de los expertos es que encontraron que una causa importante de la agresión del Ejército a los jóvenes es lo que llaman acción “contrainsurgente”, es decir, para la institución armada era necesario reprimir su espíritu rebelde. Añadimos nosotros que el móvil de la Noche de Iguala fue dar un golpe sangriento y devastador a los estudiantes normalistas para evitar que apoyaran las numerosas luchas que lanzaba el pueblo de Guerrero. Esta verdad es la más importante que están ocultando el gobierno y sus armados. No quieren que se revele que el Ejército está para cuidar el orden y los intereses de los grandes empresarios y banqueros. No quieren revelar que el sacrificio de Ayotzinapa fue en favor de los más pobres del pueblo mexicano.
Los mártires pertenecen al estado de Guerrero de las luchas indígenas, campesinas, sindicales, femeniles, magisteriales y estudiantiles. Es el territorio en el que más se han desarrollado, con los altibajos del caso, las policías comunitarias y ciudadanas. Este Guerrero de las protestas populares, de las luchas contra megaobras destructivas y de resistencia contra los empresarios mineros y otros depredadores de la naturaleza y de los espacios de las comunidades, es el que era imperativo para los gobernantes sofocar.
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Una de las banderas gracias a la cual López Obrador ganó en 2018 la elección presidencial fue la promesa de justicia y verdad para los normalistas. Es otra promesa de AMLO traicionada. Pero el asunto Ayotzinapa no es uno más. La Noche de Iguala es el 2 de octubre del siglo XXI. La fecha 26 de septiembre ya está grabada en la mente del pueblo, que seguirá exigiendo en esa fecha y siempre que haya oportunidad, año tras año, justicia y verdad. Si el gobierno de Peña Nieto quedó manchado para siempre por este enorme crimen, la llamada 4T y su presidente comparten el oprobio y la deshonra.
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA septiembre de 2023.
