México y los obreros de EU perdieron con el TLC

El Tratado de Libre Comercio (TLC) fue beneficioso para nuestro país”. Esto es lo que afirman los economistas neoliberales y conservadores, así como la mayoría de quienes dicen no serlo, entre ellos los jerarcas de Morena. Pero los hechos revelan que con el TLCAN, firmado por México en 1993, la mayoría de mexicanos perdió mucho; los menos, ganaron, y el país profundizó su subordinación ante el imperio norteamericano y retrocedió en su posición internacional. También perdió la clase obrera norteamericana.

Años “para olvidar”

Ya desde fines de 2003, el diario estadounidense más importante, el New York Times, reconoció que el TLCAN “ensanchó la brecha entre ricos y pobres en México”. Afirmó que: “no existe evidencia de que el Tratado haya generado un aumento a los salarios reales. Los salarios están por debajo del nivel que tenían en 1994”. (Publicado por La Jornada el 28.12.2003.) En el décimo aniversario del Tratado, el 1 de enero de 2004, el diario El Universal sostuvo que: “se han retrotraído sectores como el rural y los servicios de educación y salud.” Resultó beneficiada una “minoría notable” en la región centro-norte de México, pero los mexicanos del sur “han vivido diez años para olvidar”.

Millones de mexicanos expulsados de su país

Con buena voluntad hacia el Tratado uno podría decir: “las empresas norteamericanas son las grandes beneficiarias del acuerdo comercial, pero al menos llevan empleos a México.” La realidad es que el empleo es una de las cosas que más escasean. Debido a ello se disparó la emigración mexicana hacia Estados Unidos y Canadá. Sólo en el sexenio del presidente Fox, casi tres millones cruzaron la frontera en busca de trabajo. Dado que la mano de obra es una mercancía que no se incluyó en el TLCAN, los mexicanos se trasladan al país vecino ilegalmente, poniendo en riesgo su vida y sufriendo vejaciones, discriminaciones y maltratos. Según el líder campesino Heladio Ramírez, sólo en los primeros seis años de tratado un millón 780 mil campesinos abandonaron sus tierras. Es que competir con los alimentos norteamericanos es imposible, debido a que los agricultores estadounidenses reciben elevados subsidios.

Pérdida de la autosuficiencia alimenticia

Entre 1994-2000, México incrementó en casi 125% sus importaciones de granos, oleaginosas y otro tipo de alimentos. La mayoría del arroz, del frijol, la leche y la soya que consumimos son importados. El país depende de EU para comer. Además, nos sale carísimo y nos descapitaliza. Sólo entre 2000-2006, México gastó 60 mil millones de dólares al importar comida. Por cada peso captado por la venta de petróleo, 60 centavos fueron gastados en comprar alimentos extranjeros. El principal alimento de los mexicanos, el maíz, tuvo que ser importado en enormes cantidades: en 1993, un año antes de entrar en vigencia el TLC, importamos 500 mil toneladas métricas, y para el año 2005 7.5 millones de toneladas, un 1,400% más. La investigadora Alicia Puyama, encontró que la pobreza en el campo creció entre 2 y 3 puntos y que la “pobreza alimentaria”, la peor de todas, “afecta a un tercio de los hogares rurales”. Atribuyó estas miserias al TLC (El Universal, 06/04/2004). (3260)