Treinta palabras que traen luz sobre los 43 desaparecidos
Tercera Carta Abierta a las madres y padres de Ayotzinapa
Partido Obrero Socialista 5 de septiembre de 2022
Madres y padres de familia de los estudiantes asesinados o desaparecidos el 26 de septiembre de 2014
Estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos
Al pueblo de México
P R E S E N T E S
Por tercera ocasión nos dirigimos con todo respeto a ustedes, esta vez para llamar su atención sobre una declaración hecha por el presidente de la Comisión de la Verdad para Ayotzinapa, Alejandro Encinas, también subsecretario de Gobernación. Tal revelación, pronunciada en la conferencia de prensa presidencial del 26 de agosto, podría cambiar por completo el panorama de las investigaciones y comenzar a arrojar verdadera luz sobre el paradero de los jóvenes desaparecidos.
Como saben, el señor Encinas ha sido designado por el presidente López Obrador para esclarecer lo ocurrido con los estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos. Durante los aniversarios 5, 6 y 7 de la Noche de Iguala (años 2019, 2020 y 2021), el gobierno llegó con las manos vacías, pues no hubo un avance significativo en las investigaciones. La estrecha cercanía y simpatía del presidente con el Ejército alejó en estos años la verdad y la justicia para los normalistas guerrerenses.
Al aproximarse el VIII aniversario de la Noche de Iguala -el 26 de septiembre de este año- era imposible que el gobierno de López Obrador repitiera que sigue sin saber mayor cosa sobre los jóvenes agredidos. Así fue como Alejandro Encinas (atropellando al resto de componentes de la Comisión de la Verdad [1]), emitió sólo con su firma un Informe el pasado 18 de agosto. No es necesario extendernos acerca de las deficiencias y lo muy poco que aporta el citado Informe, pues ya los padres de familia y el mismo GIEI lo han señalado. Por ejemplo, en la versión de los hechos presentada por el señor Encinas, el Ejército solamente fue omiso en la Noche de Iguala, a pesar de que supo en tiempo real de los cinco ataques sufridos durante cuatro horas por los normalistas. El Pronunciamiento de las madres y padres de familia de Ayotzinapa del 13 de agosto de este año es enfático en que la verdad sobre la agresión a Ayotzinapa se encuentra en los archivos del Ejército.
El encarcelamiento del ex procurador Murillo Karam, operador de Enrique Peña Nieto en el encubrimiento de la represión política del fatídico 26 de septiembre de hace ocho años, representa sólo un poco de justicia, pero está muy lejos de lo que familiares y el pueblo de México anhelamos, pues a la fecha no se sabe el paradero de los desaparecidos. Mientras tanto, personajes señalados de ser los responsables de la Noche de Iguala disfrutan de libertad y de fortuna económica.
El Informe de Alejandro Encinas, entonces, resultó en un fracaso en el objetivo de dar por concluida lo esencial de la investigación. Al verse en este grave aprieto, el subsecretario de Gobernación hizo el pasado 26 de agosto una revelación que subvierte ya no sólo la llamada “verdad histórica” inventada por el gobierno de Peña Nieto, sino también su mismo Informe presentado apenas ocho días antes. Fueron sólo 31 palabras pronunciadas en la conferencia de prensa presidencial de ese día.
Alejandro Encinas dijo:
Se presume que seis de los estudiantes se mantuvieron con vida hasta cuatro días después de los hechos [de la noche del 26 de septiembre] y que fueron ultimados y desaparecidos por órdenes del coronel José Rodríguez Pérez (Conferencia presidencial, viernes 26 de agosto de 2022, minutos 48.36 – 48. 48. Se anexa)
Durante estos casi ocho años nunca un funcionario del Estado había afirmado con tal rotundidad (aunque haya matizado que es una presunción) que los militares participaron directamente de la salvaje agresión contra los estudiantes.
Las breves palabras del subsecretario que hemos citado son suficientes para darle un giro al conjunto de la investigación. Ya existían numerosas pruebas y evidencias de que el Ejército había sido un protagonista central de los ataques (ver El Socialista 410) pero ahora también sabemos que tuvieron en su poder al menos a un grupo de seis estudiantes, a los que mantuvieron en desaparición forzada y a los que habrían exterminado a sangre fría días después.
Decíamos que la repentina y fugaz revelación de Encinas frente al presidente López Obrador del 26 de agosto (le llevó 12 segundos pronunciarla, dentro de una intervención más larga) subvierte, trastoca de lleno tanto lo inventado por Peña Nieto como la versión del mismo Encinas presentada ocho días antes. Veamos:
- El Ejército no fue omiso, como escribió Encinas el 18 de agosto, fue un actor criminal contra los estudiantes. Incurrió en graves delitos y crímenes de lesa humanidad, como son desapariciones forzadas y “ejecuciones extrajudiciales” (así se les llama en la jerga de derechos humanos a los homicidios cobardes y dolosos), entre otros.
- Queda cuestionado el móvil de los asesinatos y las desapariciones y sólo quedarían dos posibles motivaciones:
- Los estudiantes fueron confundidos con un grupo narco o, involuntariamente, afectaron a un grupo narco, lo que motivó que éste contestara agresivamente contra ellos
Éste es el móvil ya planteado tanto por Murillo Karam y Encinas, como por algunos investigadores: los normalistas fueron confundidos por un grupo de narcos como miembros de un grupo delincuencial rival. O bien los estudiantes, sin saberlo, secuestraron un autobús cargado con millones de dólares en droga, y por ello se hicieron acreedores a ser duramente castigados, es decir, asesinados. Pero, entonces, ¿por qué fueron desaparecidos y asesinados al menos seis de ellos por el Ejército? En esta hipótesis una respuesta es la planteada por la reportera Anabel Hernández, que sostiene que un grupo narco ordenó a los militares del 27 Batallón, a los que tenía “en su nómina”, que exterminaran a los muchachos.
- El móvil de que la diabólica agresión contra los estudiantes fue un acto de represión y escarmiento político, una cuidadosa operación de contrainsurgencia venida desde el Estado.
Tal operación fue ordenada con premeditación, alevosía y ventaja por el Consejo Nacional de Seguridad del Estado mexicano (o una instancia similar), que consideraba a los normalistas rurales de Guerrero un peligro de seguridad nacional, es decir un riesgo para el mantenimiento del orden capitalista. Le era imperativo a los gobiernos federal y del estado de Guerrero asestar en ese momento un golpe demoledor a los jóvenes, ya que tanto en esa entidad federativa como en las vecinas se multiplicaban las policías comunitarias, protestas sociales y multitudinarias manifestaciones de maestros en contra de la “reforma educativa” de Peña Nieto, PAN, PRI, MC y PRD.
- Decíamos que Alejandro Encinas hizo esta escandalosa revelación apenas ocho días después de su Informe como presidente de la Comisión de la Verdad. Aquí surgen las siguientes preguntas:
¿Por qué no la incluyó en su Informe y esperó a decirla ocho días después?
¿Qué más sabe el señor Encinas y que no ha revelado a las familias y al público? Todo indica que este personaje está ocultando información.
¿La revelación fue una infidencia, es decir, algo que el gobierno de López Obrador no quería dar a conocer y que se le escapó al subsecretario?
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Una denuncia de un crimen que no tiene consecuencias
Escribimos esta carta el 6 de septiembre de 2022, once días después de la declaración del subsecretario de Gobernación en la más importante tribuna del actual gobierno, la conferencia matutina presidencial, en presencia del jefe del poder ejecutivo. El tiempo transcurrido es suficiente para que una denuncia como la citada condujera a la aprehensión del coronel Rodríguez Pérez (ahora general) y a los soldados con los que presuntamente cometió los horrorosos crímenes.
Pero no pasa nada. La fiscalía general de Alejandro Gertz es sorda ante 31 tremendas palabras que escucharon millones de mexicanos.
También son sordos los medios de comunicación y los partidos políticos que medran del erario nacional, tanto oficialistas como “opositores”, “progresistas”, de “izquierda”, “conservadores y neoliberales”. Ninguno le dio mayor importancia o ninguna a lo dicho por el alto funcionario. Es que en el fondo tanto AMLO como la derecha tienen puntos de acuerdo profundo. Uno de ellos es no tocar al Ejército.
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Madres y padres de familia, estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos:
Comprendemos el inmenso dolor que los embarga, producido no sólo por el criminal ataque sufrido por sus hijos o condiscípulos sino por el velo de mentiras o medias verdades proferidas por las autoridades que siguen ocultando lo ocurrido.
Comprendemos la tremenda fatiga luego de casi ocho años de búsqueda sin resultados.
Comprendemos (no justificamos) las flaquezas de algunos, entre los que no incluimos a los que ocupan cargos públicos, porque estos últimos son traidores.
Pero las 31 palabras citadas, que las autoridades y la derecha han tratado de que se pierdan, pueden ser al día de hoy uno de nuestros mayores triunfos, siempre y cuando exijamos todos que abran el sendero de la verdad y la justicia.