Situación actual del movimiento obrero/ Parte 2

Seis años de lucha de clases

Me parece oportuno aclarar que no pretendo agotar un recuento del movimiento obrero durante estos seis años, sino solo presentar en términos muy generales el desarrollo de la lucha del proletariado mexicano en este periodo.

Luchas económicas

Enero de 2019 fue sin duda uno de los meses más explosivos para el movimiento obrero luego de décadas de letargo y no se volvió a repetir posteriormente, su explosión solo puede ser comparada con las movilizaciones de la CNTE en este periodo. Luego de décadas de que en la frontera norte del país se experimentara eso que la burguesía llama paz laboral, miles obreros y obreras de la industria maquiladora se lanzaron a la huelga, las cifras más optimistas hablan de más de 70,000 trabajadores, mientras que el núcleo duro de las movilizaciones eran alrededor de 4,000 en su mejor momento[1]. La prensa burguesa y el sindicalismo nacional no alcanzaba a ver la dimensión de aquel movimiento, la maquila se había caracterizado desde los años 80 por ser un sector muy controlado por el charrismo y ahora, por una demanda salarial la explosión fue impresionante.

El primero de febrero, aún con el movimiento maquilador en pie de lucha, explotó con gran relevancia el sector universitario, iniciando este ciclo de luchas el SITUAM, para ser sucedido por STEUABJO, SIIINIFAP, STAUACH, STUACH, SINTCOP, STAUS, STEUS y del SUTUAAN. Este sector estalló por demandas salariales, cabe destacar que en las universidades la imposición de topes salariales ha sido una constante en las últimas décadas, otra particularidad del mismo es la rigidez del trabajo administrativo, mientras que el trabajo docente se ha elitizado al mismo tiempo se ha precarizado[2] ampliamente, años de rezago salarial y una precariedad en aumento generaron las condiciones para que este sector explotara, la mayoría de esta ola de conflictos levantó su movimiento con victorias mínimas, solo el STAUS logró romper el tope salarial de 4.5% al obtener el 8.5%.

Luego de la reforma al pago de las Utilidades en mayo de 2023 comenzaron a estallar múltiples conflictos por este concepto, estas luchas se suscitaron en los principales centros industriales del país, EdoMéx, Querétaro, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas. Su principal característica fue que, a pesar de que en muchos casos los trabajadores estaban afiliados a algún sindicato (charro en todos los casos) sus luchas fueron inorgánicas, es decir, no se gestionaron a través de sus organizaciones, sino al margen y hasta en contra de ellas y su dispersión. En Querétaro estas luchas coincidieron con la expansión de la organización independiente Transformación Sindical, que a partir de 2022 comenzó a arrebatarle a las principales centrales charras (CTM, CROC, CROM y CATEM) la representación de poco más de 16,000 trabajadores de distintas industrias y oficios, hecho por demás sorprendente en Querétaro donde ha estado prácticamente ausente el movimiento obrero y aún más el independiente.

En el centro del país el sindicato más activo y politizado en este periodo fue el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (SUTIEMS) con sus dos estallidos de huelga entre 2022 y 2023, aunque su lucha fue muy politizada por su propia dirección y por la respuesta del gobierno de Claudia Sheimbaúm, su lucha tuvo como móviles y límites las reivindicaciones de aumento salarial, basificaciones, reconocimiento de antigüedad y mejora a sus prestaciones. Su lucha fue ampliamente respaldada por diversas organizaciones políticas de raigambre marxista y por el grueso de sindicatos independientes del centro del país.

Además del SUTIEMS, el sector de la educación media superior fue intenso y constante en su lucha, ya que desarrollar on importantes procesos organizativos y de lucha que desembocaron en dos conflictos importantes. En primer lugar, está el paro nacional del Frente Nacional de Sindicatos de Educación Media Superior (FNSEMS) que logró parar actividades en 22 estados y aglutinar a más de 100,000 trabajadores académicos y administrativos, logrando importantes mejoras salariales, pero quedando insatisfecha su demanda de basificación a miles de docentes. En segundo lugar, están las huelgas de Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB), su primera huelga fue por una promesa presidencial incumplida de aumento salarial, en esa ocasión levantaron su movimiento con la promesa de revisar el cumplimiento de la misma, la segunda huelga, igual en el 2023 pero en octubre, estalló ante la indignación del incumplimiento a las demandas de la huelga anterior esta ocasión el sindicato mostró mayor capacidad y amplitud de movilización, a lo que el gobierno respondió con negativas y largas; al final, en enero de 2024 el sindicato obtuvo aumentos diferidos por escalafón, pero que en algunos casos eran mayores al 10%, así como el pago del 100% de salarios caídos, sin embargo, la demanda insatisfecha fue la basificación.

Otra gran lucha fue la emprendida por el magisterio mexiquense del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM), inicialmente su lucha comenzó con el descontento por el no pago de una prestación XX, lo que hizo que se movilizaran de manera independiente fue la negativa de la dirección sindical (charra y ligada estrechamente al PRI) a canalizar su descontento, por lo que casi la mitad de sus 20 secciones se movilizaron; en un bloqueo que realizaron en el periférico norte a la altura del centro de Tlalnepantla el magisterio fue duramente reprimido (último acto represor de Del Mazo antes de perder el Edo.Méx. y con ello terminar 94 años del mismo partido en el poder), las imágenes y videos de este hecho circularon rápidamente, lo que convocó al siguiente día a nuevas movilizaciones, principalmente tomas de casetas de peaje y una gran concentración magisterial en Toluca, donde se demandó la destitución de los dirigentes de los cuerpos represivos, la renuncia de la dirigencia sindical y claro, el pago de su adeudo. A las pocas horas de iniciada la movilización el gobierno satisfizo la demanda económica. Es de suma importancia esta lucha ya que tenía décadas en total parsimonia y permanencia del control charro sobre el sindicato.

Una lucha a la que se le dio gran importancia en el medio fue la encabezada por el Sindicato Independiente de Trabajadores de Audi México (SITAUDI) que luego de dos semanas de huelga alcanzó poco más del 10% de aumento salarial, como lo que rebasó al doble el tope salarial de 2023 fijado en 3.5% y que limitó a la suspensión del trabajo.

Entre otros conflictos de relevancia están los de la huelga del sindicato académico de Chapingo que estalló poco antes de declararse la contingencia nacional por la pandemia; la victoria de INTERJET contra la patronal y la CTM; la extraña y breve huelga de 24 horas del Sindicato Telefonista de la República Mexicana (STRM); los conflictos pese a tener las condiciones para desarrollar una lucha política sus demandas se han quedado en reivindicaciones económicas, siendo la huelga de la Sección 304 de Peñasquito Zacatecas la más relevante, pero ahogada por su dirección que aún pertenece al viejo charrismo autónomo y pro-MORENA; y la huelga del SPAUAN que estalló por el no pago de meses de su salario y que se conjuntó con la crisis presupuestaria de la universidad, pese a que esta lucha tenía todos los elementos para desarrollarse como política, no pasó de la demanda económica.

[1] Esto según declaraciones realizadas por la abogada y exlegisladora externa de MORENA, Susana Prieto Terrazas.

[2] La mayoría de docentes universitarios en escuelas públicas tienen contratos temporales no mayores a cuatro meses y con altos estándares de calidad, lo que ha generado un magisterio joven con condiciones laborales difíciles y con pocas perspectivas de mejorar su situación.

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