(I)
Luego de seis años en el gobierno, la 4T, luego de arrogarse indebidamente la mayoría calificada en el Poder legislativo, ha terminado por revelar su rostro por completo. Ya conocíamos la traición del candidato AMLO a su promesa de devolver en seis meses al Ejército a los cuarteles. También su traición a Ayotzinapa, a los migrantes. Y otras. Pero el que la 4T tenga la facultad de modificar a su antojo la Constitución, está mostrando que su proyecto político es forjar un régimen parecido al del PRI, en el que ha metido a las fuerzas armadas, la burguesía lumpen-delincuente y al antiguo charrismo sindical en la repartición del poder.
(II)
La administración de AMLO estuvo siempre subordinada a las directrices imperialistas del FMI y el Banco Mundial. En la división internacional que se está generando, la 4T desde el primer momento tomó partido por el imperio norteamericano o, mejor dicho, desde las primeras de cambio se arrodilló medrosamente ante Washington. México bajo Morena sigue siendo una nación capitalista semi colonial que fomenta una desigualdad social abismal. Los favoritos son los megamillonarios, los capitales extranjeros y los banqueros. En numerosos índices de desarrollo, nuestro país continúa en deshonrosos lugares50 o 60 en el escenario mundial. En el México de la 4T existen más de nueve millones de mexicanos que pasan hambre y otras carencias.
La política asistencialista es una versión de lo que el ex presidente Carlos Salinas llamó “liberalismo social” de su administración, un gasto en su programa “Solidaridad” que le atrajo la adhesión de sectores de la población. AMLO y Sheinbaum han optado sobre todo por entregas de dinero en efectivo ala población que les han resultado muy eficaces.
(III)
Podría ser que el naciente régimen de la 4T sea más fuerte y duradero de lo aquí apreciado. Lo importante es si convenimos en que es necesario luchar contra éste.
La lucha por democracia política debe estar entre las principales banderas. Los ideólogos de la revolución y la liberación decían que mientras el proletariado carezca de fuerza para imponer su propio gobierno basado en la democracia socialista, deben defender y pugnar por un régimen de amplias libertades bajo el capitalismo. La clase trabajadora debe ser la vanguardia en la lucha por democracia sindical, así como electoral.
Debemos oponernos a la militarización del país, a la antidemocracia electoral, a la supresión del Poder judicial, a los onerosos subsidios a los partidos con registro, estamos porque existan organismos autónomos del poder ejecutivo que organicen las elecciones, hagan las estadísticas, midan la pobreza y garanticen la transparencia. Debe liquidarse el espionaje sobre los disidentes y la represión.
La alternativa es un México independiente de los poderes imperiales, sin megamillonarios, que sea capaz de dar pleno empleo y bien pagado a jóvenes, mujeres y todo el que lo solicite, con igualdad económica, social y entre géneros. Que cancele la violencia y la delincuencia. Un México socialista.