La más grande protesta popular contra AMLO
Secretariado del CE del POS
10 de julio de 2022
Es la protesta más numerosa contra la administración de López Obrador y su política de dar “abrazos y no balazos” a los delincuentes. Decenas de millones de personas del 10 de julio a fin de mes participarán en todo el país en la Jornada de Oración por la Paz convocada por la Iglesia católica.
El detonante fue el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra de Chihuahua por un jefe del Cártel de Sinaloa en una situación en la que en el país ocurren 90 ejecuciones cada día. Pero lo peor fue la reacción del presidente que, en lugar de mostrarse compasivo ante las víctimas, insultó a los religiosos y confirmó que continuará con su política, vista como fallida y fracasada por amplios sectores sociales.
“Necesitamos estar unidos en este momento de indignación de nuestro pueblo, ante la barbarie de la violencia”, dijo la jerarquía eclesiástica. La indignación popular es tanto contra los delincuentes como contra el gobierno federal. Cuando fueron enterrados los clérigos, miles de feligreses acudieron a despedirlos. También estuvo un representante de López Obrador, su delegado en Chihuahua, Loera de la Rosa. Cuando enterraban al padre Joaquín una hermana “dijo con firmeza: ´fuera Andrés Manuel!’ El delegado se regresó para preguntarle qué había dicho y la religiosa repitió: ´¡Fuera Andrés Manuel’.” (Patricia Mayorga, Proceso, 3/7/22). Existe un fuerte enfrentamiento entre la autoridad y la población creyente.
La jerarquía católica a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió cuatro directrices a los sacerdotes para realizar la Jornada:
- El 10 de julio se hará memoria de las víctimas. En todos los templos se colocarán “fotografías de estos hombres y mujeres que han dado su vida por el pueblo de Dios y han recibido la muerte violenta”.
- Se celebrarán misas y oraciones comunitarias en lugares significativos que representan a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta (homicidios dolosos, feminicidios, periodistas, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad).
- En las Eucaristías el día 31 de julio, se pedirá por los victimarios y las instituciones gubernamentales, se orará por sus vidas y la conversión de sus corazones.
- Cada diócesis, congregación religiosa o parroquia, “definirá las acciones a emprender para abordar a este camino para la paz”, por lo que podrá realizar “procesiones por la paz”, “mensajes al pueblo de Dios”, “horas santas” o cualquier otra acción que considere pertinente.
Con esto, dice la CEM “queremos abrir horizontes de diálogo para construir la paz.” Esa comunicación solicitada es con el gobierno, acusado así de negarse al diálogo.
En 2018 los jefes eclesiásticos y especialmente los jesuitas manifestaron su apoyo al gobierno de la 4T, misma que les dio la dirección de espacios políticos -como la Comisión de la Verdad. Hoy movilizan a numerosas masas creyentes contra las políticas de AMLO debido a su ineficiencia frente a los delincuentes. La apertura de una investigación judicial contra Peña Nieto será un elemento distractor insuficiente para ocultar que el gobierno está sufriendo uno de sus más grandes quebrantos.
A las Jornadas se han sumado diferentes colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, familiares de personas asesinadas y organismos de defensa de derechos humanos. Sin duda será una protesta amplia y prolongada En algunos comunicados se lee: “dejen de lucrar política y económicamente con el sufrimiento de las víctimas”, “necesitamos que actúen de inmediato”. En estos días, veremos las fotografías de muchas víctimas y se hará patente que el actual gobierno tiene una gran responsabilidad en sus tragedias.